Sociedades de convivencia

Finalmente la sociedad mexicana está entrando al siglo XXI en materia de los derechos de las minorías y en las diferentes orientaciones sexuales. Sin embargo, esto no significa, ni por mucho que nuestra sociedad esté preparada para reconocer, no se diga aceptar tales hechos. Habrá muchos que se rasguen las vestiduras ahora que la asamblea legislativa del D.F. ha aprobado la ley de sociedades de convivencia. Y muchas de estas expresiones estarán motivadas más por la ignorancia que por argumentos convincentes. La mencionada ley, no aprueba los matrimonios homosexuales en estricto sentido legal, sin embargo da certidumbre legal a tales formas de convivencia. Tampoco se restringe a uniones homosexuales, va más allá para incluir tales sociedades como las que se dan por ejemplo con los "recogidos" y "arrejuntados". Cuántas veces hemos escuchado en alguna anécdota característica de nuestra idiosincracia, el hecho de que una familia "recoge" a un huérfano, o una pareja se "arrejunta", o la típica historia de la madrina que se encarga de la ahijada corrida por su padre después de que salió con su domingo 7, etc. Por lo pronto, hemos de celebrar por que finalmente se comience a discutir el tema en el ámbito legislativo y que nuestra sociedad abra los ojos y despierte a las realidades de nuestros tiempos. Aún falta mucho camino por recorrer y muchos retos por superar, pero al parecer estamos en la ruta que nos ayude a convivir sin temor a las diferencias.