Temporada de patos

Ha llegado una vez más a nuestra lastimada Ciudad Juárez, la temporada de las promesas y los pendones. Unos como cazadores y otros como perros en temporada de patos, salen los candidatos tras los votos juarenses. La última moda son las redes sociales en internet y firmar ante notario público sus promesas de campaña, como si eso fuera garantía de su cumplimiento. Las viejas costumbres siguen vigentes: colgar la mayor cantidad de pendones con la cara de los candidatos, como si una fotografía con poses falsas y con retoques fuera suficiente para convencer a los votantes.

Qué lástima, qué coraje ver semejante despilfarro de recursos. Ciudad Juárez se desmorona a diario y los partidos políticos sólo piensan en los votos, porque los votos significan dinero y prerrogativas. ¿Acaso la mayoría de los ciudadanos son tan ingenuos, que aún creen que los políticos en verdad piensan en el bien de la ciudadanía? Sólo la ambición puede explicar el porqué los partidos políticos que han demostrado su ineptitud, su corrupción, su desinterés por la gente, sigan teniendo adherentes. Con adherentes me refiero a los que directa o indirectamente reciben algún beneficio de los partidos, vaya los que viven de la política. Pero, quién en su sano juicio puede decir abiertamente que es simpatizante del PRI o del PAN, cuando gobernantes de ambos partidos son los responsables de la situación actual.

Yo confieso que en el inicio de mi vida como ciudadano con voto, creí, seguí y voté por el PAN. Sin embargo, hoy después de 16 años de mis primeras votaciones, lo único que tengo seguro es por qué partidos no voy a votar: PRI y PAN. Ninguno de los dos me representan, no comulgo con sus "principios", ni sus "ideales" y ambos se han encargado de destrozar esta ciudad, el estado y nuestro país.

Si algún candidato quiere mi voto, quiero que me convenza con un plan bien estructurado, con acciones concretas y no con su cara en cada poste de la ciudad, ni con frases baratas en comerciales caros de radio y televisión. No tiene que firmar sus promesas ante notario público, basta con que trabaje con honestidad y dignidad, para que de resultados desde el primer mes de su cargo.

Pero ya es tiempo de que los patos tomen las escopetas para cambiar la dinámica perversa de los partidos políticos.